Siempre que visito un país encuentro algo que me llama la atención, que se me queda grabado en los sentidos. Unas veces es la vista, como me sucedió en Praga; otras el paladar, como pude tastar en Corea, en Argentina o visitando mi propio país España. Pero en la República Oriental del Uruguay ha sido curiosamente el oido.
A menudo cuando visito un país o región del mundo sintonizo las emisoras de radio locales. Éstas te acercan y te dan una visión del país y de su gente.
Si, como oyen, el oido se me quedó grabado en el recuerdo. Mi primer dia en Montevideo me puse a mover el dial en un pequeño receptor de un amigo oriental -gentilicio de los ciudadanos de Uruguay-. Escuché muchas emisoras que me llamaban la atención por sus diferencias a las que escucho en España. Pero ahí en la onda media escuché "...Radio Clarín transmitiendo música típica y folklórica para la cuenca del Plata".
Era un viaje en el tiempo, a la mitad del siglo XX. Cuando la música en vinilo y la aguja chascarreaban y los comerciales eran voceados por el mismo presentador -a viva voz- sin efectos sonoros espectaculares.
Radio Clarín con un estilo muy propio y a la vieja usanza mantiene el gusto por la música típica y folklórica, transmite a todas las generaciones la obra de Carlos Gardel y como dicen en su página web mantienen "vivo el gauchesco como expresión auténtica de la nacinalidad".
No dudé ni un instante en visitar los estudios. Fue volver a viajar atrás en el tiempo -un museo vivo-. Aunque ya transmite los programas con ayuda de ordenadores, ahí estaban a la vista viejos platos, una mesa de mezclas de las que ya sólo guardan coleccionistas, y antiquísimos vinilos.
Una experiencia que se me marcó en el oido... pero que mejor que escuchar a "Clarín am 580 donde los fuelles y las violas nunca duermen", para probar un poquito de Uruguay, aunque sea en la leganía: http://www.radioclarin.com/
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